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Huyan de la fornicación (1 Cor. 6:18).
Sabemos que la Biblia prohíbe la fornicación. No obstante, uno podría adoptar una actitud permisiva. Por ejemplo, hay jóvenes que han masturbado a su pareja o han practicado sexo oral y han llegado a decir que esos actos no son tan malos porque, según ellos, técnicamente no están teniendo relaciones sexuales. Pero lo que esos jóvenes olvidan —o prefieren olvidar— es que el término que la Biblia usa para referirse a la fornicación incluye todos esos actos pecaminosos, y que un cristiano podría ser expulsado por practicar cualquiera de ellos. Y lo que es peor, esos jóvenes están actuando con deslealtad. Quienes desean ser íntegros no se ponen a buscar lagunas en las leyes divinas. Tampoco intentan acercarse lo más posible al pecado sin caer en él. No piensan solo en las medidas disciplinarias que podrían recibir, sino en el hecho de que sus actos pueden desagradar a Jehová y herir sus sentimientos. En lugar de acercarse lo más posible al pecado, se mantienen alejados de lo malo. w08 15/12 2:10
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