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Hemos sido probados y reconocidos por Dios como aptos para tener encomendadas [...] las buenas nuevas (1 Tes. 2:4).
Al igual que Pablo, reconocemos que se nos ha encomendado la comisión de predicar el Reino de Dios. Pero también tenemos presente que debemos aprovechar toda oportunidad para “impartirles algún don espiritual” a nuestros hermanos, tal como hizo Pablo (Rom. 1:11, 12; 10:13-15). ¿Cuál de estas dos labores es más importante? Las dos son igual de importantes. Son como las alas de un ave. Tal como el ave necesita ambas alas para volar, nosotros necesitamos llevar a cabo ambos aspectos de nuestro servicio sagrado para ser cristianos completos. Por eso, en vez de pensar que la comisión de predicar las buenas nuevas y la de fortalecer a los hermanos no están relacionadas entre sí, las vemos como las veían los apóstoles Pedro y Pablo: como dos labores complementarias. w09 15/1 3:10, 11
1 comentarios:
¡Qué gran privilegio es tener encomendadas las buenas nuevas de Dios! (1 Tes. 2:4.) Aunque tal vez algunos rechacen este poderoso mensaje, las personas de buen corazón se sienten atraídas a él como si fuera una agradable fragancia (2 Cor. 2:14-16). Para quienes aceptan y obedecen las buenas nuevas, significa salvación (Rom. 1:16
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