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El que se avergüence de mí [...], el Hijo del hombre también se avergonzará de él (Mar. 8:38).
El Diablo tiene al mundo bajo su control, por lo que puede decirse que también controla los medios de comunicación. No sorprende, pues, que lo que el mundo lee, ve y escucha esté saturado de inmoralidad y violencia. La industria de la publicidad se esfuerza por crear en nosotros el deseo de consumir bienes que no necesitamos. De esa manera, el Diablo trata de seducir nuestros sentidos con tentaciones materialistas. Sin embargo, cuando nos negamos a leer, ver o escuchar cosas que son inaceptables para un cristiano, estamos diciendo “¡Vete, Satanás!”. Al rechazar con firmeza lo que nos ofrece este mundo, demostramos que imitamos a Jesús (Mat. 4:8-10). También demostramos que no somos parte del mundo de Satanás cuando no tenemos temor de decirles a nuestros compañeros de trabajo o de estudios, así como a vecinos y parientes, que somos testigos de Jehová y discípulos de Jesucristo. w08 15/11 4:14
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