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No debes desear [...] cosa alguna que pertenezca a tu semejante (Éxo. 20:17).
Todo aquel que desee agradar a Dios debe evitar la idolatría, pues él mismo dice: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas” (Isa. 42:8). La Biblia también habla de otras formas sutiles de idolatría; por ejemplo, la codicia (Col. 3:5). Codiciar es desear algo prohibido, como lo que le pertenece a otra persona. El ángel que se convirtió en Satanás dejó que creciera en él el deseo codicioso de ser como el Altísimo y recibir adoración (Luc. 4:5-7). Esto lo llevó a rebelarse contra Jehová y a seducir a Eva para que codiciara algo que Dios había prohibido. En cierto modo, Adán también se hizo idólatra al dejar que su deseo egoísta de tener la compañía de su esposa fuera más importante que obedecer a su amoroso Padre celestial. Todos los que quieran huir del día de la ira divina deben evitar tales manifestaciones de codicia. w08 15/6 1:12, 13
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